En mi novela cito a Magdalena Basora, una soguera (esposa probablemente de un soguero o viuda que hereda el derecho a continuar con la profesión del mismo) que es acusada de formar parte de una liga masónica en la década de los años 70 del siglo XVIII. Nada más se sabe de ella, aunque yo retomo el personaje para imaginar su vida después de esta acusación.
Las sospechas de los inquisidores catalanes podían tener algún fundamento. Si era así, ¿ello quería decir que ya en las últimas décadas del siglo XVIII alguna logia pudo permitir la entrada de mujeres en su composición? Un trabajo interesante para emprender a pesar de la poca documentación; esto adelantaría en un siglo la participación femenina en las logias. En artículo que enlazo da cuenta de ello:
Sánchez Ferre, P. (1989). Mujer, feminismo y masonería en la Cataluña urbana de la restauración. In Masonería, política y sociedad (pp. 929-946). Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española.
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